Discusión dramatizada del libro “La princesa que creía en los cuentos de hadas”, de Marcia Grad.

Asociación Luna Roja. Abril de 2006. Los Barrios (Cádiz).

Director de Sicodrama: Javier Ferreiro. Psicólogo Clínico.

Asistentes: 9 mujeres de un grupo de lectura orientado al crecimiento personal.

            Se inicia la actividad con la presentación de los asistentes, presentando cada una a la compañera de la izquierda como si fuera ella, a la manera de la “roda viva”, en primera persona, Destacan las abundantes referencias a la situación familiar, especialmente a los hijos, y la falta de énfasis en lo laboral. El clima afectivo del grupo es divertido y desenfadado, participando en él miembros nuevos del grupo, que asisten por primera vez.

            A continuación eligen entre las que han leído el libro a dos que, a través de la creación de imágenes corporales, van armando escenas consecutivas sin desvelar verbalmente el relato para que las que no lo han leído lo cuenten a partir de las escenas que se suceden hasta el final. Se observa una comprensión global del relato así como olvidos y dificultades para crear las escenas centrales. Gran número de imágenes que dificulta la síntesis.

            En la fase de comentarios focalizan en la dificultad para representar el conflicto de la protagonista. Alrededor del Yo, o los yoes auténtico y social, identificado como el asunto central del libro. Y se pasa a una nueva dramatización en que expresan individualmente con telas sus imágenes del conflicto de la protagonista: ser auténticas y expresar según sientan o hacer lo socialmente aprobado. Abundan las imágenes que representan encerramiento de una tela por otra, insistiendo en la falta de espacio para expandirse o las pocas posibilidades para salir. Realizan después imágenes de posibles soluciones. Las explicaciones sobre las imágenes elegidas del conflicto actual y su solución se centran en si las dificultades son propias (de la protagonista) o de su entorno (familiares fundamentalmente).

            Terminan comentando a propósito de algunas situaciones personales en que se encuentran o se encontraron en estas circunstancias de conflicto, a la manera de los grupos de autoayuda, como es el caso. 

Finalmente la sesión se cierra pasando tras el telón utilizando los títeres para despedirse.